miércoles, 14 de enero de 2015

En Hogwarts y sin saberlo


Primer día de clase. Conozco a los compañeros, todo muy bien muy suave, la mitad de cosas ya me suenan, las pocas que no, me cuesta memorizaras. Isu es silla, pero me cuesta memorizarlo. Así que me creo reglas nemotécnicas estúpidas para acordarme. Me imagino a mi mismo señalando a una silla y diciendo isu de ahí. Y así me cuesta menos recordarlo.

Llega el momento de hacer el hiragana con pincel. El profe reparte bolipinceles, y vamos haciendo la forma de los hiragana. Él se saca de algún sitio un vaso con algo dentro y un pincel grandote, y pone una lámina en la pizarra. Nos explica qué trazos hacer y cómo. Pero... algo raro ocurre.

El profe pasa el pincel y no sale nada. A los segundos como por arte de magia, aparece en color negro puro el trazo que había hecho unos segundos antes. Me quedo de aquella manera y mirando alrededor a ver si aquello era normal o no. No obtengo respuesta.


Vuelvo a mi ejercicio. Cuando vuelvo a levantar la vista... la tinta había desaparecido. Se había vuelto invisible de nuevo. Y la lámina solo presentaba alguna mancha en negro que tardaría algo más en desaparecer, pero como nueva para el siguiente.

Yo no estoy muy puesto en material escolar, pero para mí esto es brujería moderna.

Luego, le propuse a la clase comer algo, a lo que alguno que otro le pareció más que bien, y fuimos andando hasta Shibuya, para ver el megacruce de peatones. Esta vez me pareció más impresionante que la primera vez que lo vi.

Además pasamos por Takeshita Dori, una callejuela que está hasta arriba de tiendas de cachivaches (llaveros, fundas de móvil...) y es muy famosa, siempre está llena de gente.
Y vi una camiseta de Arale muy chula, igual cae más pronto que tarde...

Algunas de las cosas que se encuentra uno por Takeshita Dori:



Gustos para todos los colores, literalmente.

Un día completito. Mañana más y mejor. 

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